miércoles, 27 de julio de 2011

PUREZA


                          EL HOMBRE LOCO

     Fue hace mucho tiempo, de niño
la primera vez que sintió su llamada y comprendió.
     Lo sintió como si se enredase en sus tobillos
la Tierra virgen sin asfaltar
y se sintió parte de ello
como un árbol o un animal, y comprendió.

     El niño se hizo hombre en la Ciudad, La Bestia.

     Un día se estrelló con vuelos de aves
en sus alas horizontes y aguas salvajes,
el hombre trastornó.

                          *  *  *  *

     Como gritan las montañas y los bosques
saciando el deseo de explorar los senderos
de perderse en los confines, de comprender.
     Y comprendió con brisa fría y pura
y su olor a tomillo embriagador y lujurioso,
con el sonido del agua chocando con las rocas
cayendo de las montañas
llenando los valles,
esos bosques de encinas, robles y pinos
que esconden misteriosos secretos
imaginaciones remotas de historias extrañas
      Hombre lleno de confusos anhelos y recuerdos
de presentimientos que hablan de amor
de magia
de cosas que siente sin conocer
de cosas que conoce sin haberlas aprendido.
      Es feliz
embriagado se ríe de los hombres grises y sus hierros retorcidos.

      En la Ciudad, La Bestia
estúpidos y sesudos de rostros ojerosos le llaman el hombre loco.


                         DESNUDO

     Desnudo, si, desnudo
solo por un pequeño instante sentiré la brisa mas libre, mas salvaje
mas pura.
     Desnudez que asusta,
dá vértigo tanta libertad, tanta vida.
     Solo por un instante
percibiré los orígenes intensamente, pero sin definir
y me dejaré caer con violencia en lo animal
sentiré lo eterno al correr por la maleza.
     ¡Si!
mi desnudez revolcada por el barro
¡cuanta intensidad! ¡maréa tanta excitación!
     Me siento fundir a lo absoluto
me inoculo savia, clorofila, piedras,
por fin he visto la forma de mis anhelos
bebo la secreción del hada,
aquí están los verdes agresivos, los verdes profundos de vida.
     Calma,
sumergido en un fresco cristal con lenguas de sol
las pasiones de una cascada escondida en un desfiladero secreto.
     Y en la noche rugidos de sensaciones animales
buscando rojo abrasado, atávico y sensual
deséo
animales efluvios de un cuerpo de hembra
relajados cuerpos en voluptuosos barrizales,
emanan misterios con olor a sexo.
     ¡Lo absoluto! ¡Todo! desearte sin tregua
hasta que exhausto por un placer cósmico muero.
    ¡Instinto animal! ¡matemos la Razón!
solo por un pequeño instante

o por siempre.

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