miércoles, 26 de junio de 2013

NIÑA.





                                                     I

    Llamó a la puerta y se escondió.

    Salí a buscarla a la juguetona
creída hermosa o seductora ¡que se yo! se había puesto un lazo rojo
en la noche fría
ni borrachos había
no había nadie,
élla no estaba.
    Éso fue al principio, luego la cogí
o creí hacerlo
primero por los brazos rezumantes de ansia y forcejeo
después le apreté el cuello y me acerqué mucho
para olerla la piel abierta
¡Dios! que cabellera negra que ojos negros
y que cejas negras como el averno
se había puesto un lazo rojo como el infierno
como su húmeda boca tenebrosa
zarza ardiendo de celos en su perfil de Diosa.

    Toc-toc-toc
me acuerdo, llamó
salí a buscarla y se escondió. 


                                                      I I

    No encuentro palabras para decirlo
es como el infinito
el viento eléctrico que sopla previo a la tormenta
mucho vértigo e impotencia
son los vaqueros que te aprietan
será tu ignorancia traviesa o la canícula que empalaga,
parece
que de un momento
a otro
caeré fulminado.
    Una garra me sale no sé de donde y choca con mis huesos
un grito como de estrellas me aprieta el pecho
emparedado de costillas,
niña
choca tus rodillas
y juega
virgo
de tu ombligo truculento,
mi ternura es el firmamento.

    Prohibido terminantemente deshacerse
en el olor de una flor.





                                                      I I I

   
 En realidad tenía solo trece inviernos
o primitivas primaveras.
    Sufrió mi acoso
enamorado indecente con ojos de demonio
a solas babeando
respirando el olor de sus pechos ¡porque tenía pechos!
que conste en mi defensa,
élla tuvo miedo
de que la metiese en un saco y la hiciese pedazos.
    Lo siento viejos, sabios y arrugados Señores Togados
no fué mi intención
que me tuviese asco,
lo que ocurrió es que el aire estaba enrarecido
con la amenaza constante al fuego del Infierno,
no fué mi intención
Señores Togados,
creanme.


                                                      I V

    Niña
deshazte conmigo allá lejos donde cae el Sol
puesto que aquí no podemos,
si guapa
en éste lugar solo puedo invitarte a cenar
en un Burguer King mas bién barato,
como ves
es mas bién imposible deshacer el Mundo
o habitar el submundo
claro que
también puedo regalarte una sortija
no muy cara
que es de suponer te resultaría inolvidable.

   Y te amo
y te quiero en la corteza de un árbol
un corazón con tu nombre dentro. 



 

5 comentarios:

  1. A los trece años aún están jugando, ¡dejémoslas que ya tendrán tiempo de hacerse mayores!
    ¡Me horroriza ver niñas con los ojos de adultas sólo porque un hombre se empeñó en detener la infancia!
    Un abrazo.

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  2. Cierto, dejemoslas que jueguen y maldigamos y denunciemos a quién mancille su inocencia.
    Pero.
    Pero a los poetas, porsupuesto platónicos e inofensivos (casi siempre), nos atrae fatalmente la Belleza, tenga ésta trece o cincuenta años, y nos agrada desafiar las Leyes inventadas y a sus funcionarios, y nos rebelamos contemplando inflexibles y sin pestañear la rosa, hasta pulverizarnos los ojos.

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  3. Versos que fluyen desde ese inquieto Nabokov que todos llevamos dentro.

    Saludos.

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  4. Hola Jorge.
    Por cierto, hay quien busca en Lolita pasajes morbosos de pornografía oscura. Creo que se equivocan, para mi es la historia de un amor trágico.

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  5. Tú que del nunca jamás te abriste el pecho y tus niños indómitos, no se fueron de tus cuerdas vocales, es rosa flotante, lo que tus ojos cantan y quién no la sepa leer que se joda!!

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