Proliferan rostros amargos
igual a tranvías derivan sobre raíles jetas informadas,
una mitad són de alfabetos machos
la otra, más o menos, de hembras pintadas,
ellos
malafeitados trabajan
ellas
que trabajan también y se ven tan guapas,
todos juntos follan
conciben niños aburridos que matan
o que aparecen una bonita mañana colgados de un árbol.
Proliferan las putadas
la tristeza y el asco
los zapatos de un extraño aplastándonos el cráneo,
las leyes inventadas.
Es una plaga.
De batracios
de enclenques y políticos
de banqueros y periodistas, de mentiras
de demócratas y policías
brasileños
de mocosos ladronzuelos adictos al pegamento
peligrosos
pululando por las alcantarillas de Río de Janeiro.
Esto es lo que hay.
Un siniestro estado de hipnosis colectiva
proliferando hipotecas que pagar
reproduciéndose como cucarachas los coches en la ciudad,
en la televisión muchachitas y mariquitas
que salen del armario y se dejan violar.
Hay que andar con cuidado.
Votamos
queremos coche salario y un empléo,
somos malos
asiesque proliferan los cachéos sin piedad
las ostias en los huevos
la angustiosa busqueda existencial de la identidad
las jaurías
contra estrangeros las guerras
por la paz.
No sé.
La verdad es que todo ésto no tendría importancia alguna para mi
sino fuera por mis niñas mis amores
mis sueños,
sino fuera porque aquí en mi barrio
proliferan bellas flores
hijas de obreros muertos
hermanas de réos drogados y enfermos,
jugando en primavera pese a los telediarios
y a las madres desahuciadas que las llevan a la escuela.
Sonrientes
proliferan muertas futuras
morenas y rubias, mejillas
y brazos dorados por el sol.
Prolifera mi furia.
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