miércoles, 8 de febrero de 2012

NÍNFULAS.


                                                                                                A:  H Humbert.

     Lo expreso desde dentro, evocando el lenguaje de la marihuana:

son éllas
las enamoradas en secreto del cosquilléo de las sedas,
risas chispeantes flotan en la atmósfera chorreada de quemaduras solares
y hasta en mis oidos descubro pequeños glandes que se hinchan hasta el delírio,
intento desintegrado
injertarme en la interioridad de la rosa pornografía de sus alientos,
solo por ésto los esclavos de la Ciencia
envidiosos
me odiarian de por vida.

     Y éllas, que se preguntan porque las caricias en los senos
hacen percibir universos nunca vistos.


       Como animal sin razones, huelo
el aire que se ha frotado en sus labios
huelo sus espasmos
temblorosos y brutales generando miel en mis nervios,
eyaculando el deseo
de que el roce con la saliva segregada por los pliegues rojos de sus bocas
séa eterno.

        Borrachas de caramelos
hacen confidencias acerca del deséo salvaje de sus sueños
callando siempre el secreto de su lengua
erecta de pequeños éxtasis azucarados,
la experiencia de éste sabor es la fantasía inconsciente de un demente perpétuo
que lo ha sentido todo.


        Yo, que mastico mis sentidos
hasta casi ver la materialización de lo indecible
persigo sus carnes
en descuidos que administran la muerte en pequeños instantes eternos,
saboreando el peligro

entre esperas masturbadas de tortura.

7 comentarios:

  1. Oh, nínfulas. Niñas del bien y del mal, de Dios y el demonio, ustedes que tienen una dualidad. Niñas agraciadas y desgraciadas que con su existencia hacen del mundo un lugar mejor o más lúgubre e inhospito. La mayoría de los hombres las adoran, nínfulas, pero no saben que en su dualidad, existen las que no son malvadas, esas que no viven para su propia vanidad.

    Desde que una niña de cuatro años puede rechazar a un hombre con una mirada de desconfianza, desde los cuatro años, HE DICHO, 4 años, son unas malditas. Por el contrario, las niñas que saben que están para hacer el bien. Que saben, instintivamente, que su misión en la vida, aquí en la Tierra, es ayudar al hombre, a esos hombres que han caído en un vacío existencial, a seguir su camino, a recuperar la fe en Dios (la vida); niñas hermosas desde los cuatro años que con una mirada y una sonrisa enternecen y vulneran a los hombres más recios, niñas que se acercan mansamente para caer en los brazos masculinos de alguien atormentado, necesitado de amor, de compasión… niñas que se dejan llevar por el romance del momento, esas son el camino a la redención. Esas niñas son la salvación para nosotros los que amamos a las niñas. Porque una niña es una nínfula y una redentorcita a la vez, y sólo ella decide qué es lo que desea ser. Oh, redentorcitas, ¿dónde están? El mundo sufre, los hombres temerosos de Dios (la vida), esos que desean una simple compañía que alivie su enfermo y solitario corazón, sufren, sin ustedes…

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    1. ¿Niñas de cuatro años?.......Me parece que no hablamos de lo mismo.

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  2. No creo que una Nínfula deba encontrarse simplemente entre "los límites de los 9 a los 14 años" al menos yo, soy una Nínfula de 15 años :) y lo seguiré siendo, eternamente.

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    1. Brindo al Sol por tus 15 años eternos. Y bridaré eternamente.

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    2. ya somos dos ninfulas

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  3. yo tengo 20 años y sigo siendo una ninfula eterna parezco de 12 :P

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  4. También seguiré siendo una ninfula, aunque ya tenga 30. Desde los 13 me atrajo alguien mayor.

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